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Este documental nace como un interés por comprender el camino que lleva a alguien a elegir la muerte, escapando de la vida. Así comenzó nuestra investigación.

Durante 4 meses nos reunimos con personas que forman parte de grupos de duelo. En estas agrupaciones, quienes han perdido seres queridos se reúnen y comparten sus sentimientos con otros a los que les ha ocurrido lo mismo. Conversamos con representantes de diferentes religiones, escritores, periodistas, familiares de personas que se suicidaron, sicólogos y siquiatras. Todos representaban diferentes aristas de nuestro tema, sin embargo todos coincidían en algo: la muerte por suicidio se oculta y aún es algo  tabú en nuestra sociedad.

 

Tras varias reuniones con familias que nos abrieron su corazón y nos contaron libremente su historia, nos dimos cuenta que en muchos de ellos existe la necesidad de revelar lo que tanto se ignora. Fue de esta manera que conocimos a Anna, una escultora cuya hija se suicidó en el 2003.

Nos comentó que estaba intentando publicar un libro muy especial: el diario de vida que escribió su hija desde su internación en un siquiátrico, tras ser diagnosticada de esquizofrenia, hasta que decidió partir. Nosotros le propusimos hacer un documental sobre este diario, y así nació el “El diario de Mónica”.

 

Mónica tenía 24 años cuando se suicidó.

Era la mayor de tres hermanos de una familia catalana. Amaba profundamente la música, tocaba la viola desde los 13 años y su sueño era ser directora de orquesta.  

La música era su pasión, siendo Mozart su compositor favorito.

En marzo del 2003 sufrió repentinamente un brote sicótico donde creía haber sido violada por varios hombres. A partir de esto fue internada en un centro de salud mental y diagnosticada de esquizofrenia.

 

El duro tratamiento de esta enfermedad fue deteriorando a Mònica lentamente y quitándole las fuerzas para seguir su carrera de violista. Durante el mes y medio que estuvo internada empezó a escribir un diario que anhelaba sea publicado. Lo tituló "Noches de insomnio", y dejó de escribirlo 8 días antes de poner fin a su vida en enero del 2004. 

 

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